En París y en la región parisina en particular, hay algunas cascadas muy conocidas, pero también otras escondidas, que nos ofrecen paraísos de frescor y evasión. Desde la Grande Cascade, en el Bois de Boulogne, hasta las verdes y exuberantes cascadas de Vaux de Cernay, estos parajes a veces insospechados seducen por su encanto y su entorno bucólico. Accesibles todo el año, salvo cuando se realizan obras en las carreteras, se convierten en populares refugios cuando suben las temperaturas.