Anoche se presentó la selección oficial del Festival de Cannes... y ahora sólo se habla de eso. Bérénice Bejoencomo maestra de ceremonias, la última película de Claude Miller, Thérèse Desqueyroux, en la ceremonia de clausura, Woody Allen como gran ausente, Stewart-Pattison como pareja protagonista. En resumen, corren ríos de tinta y no se vislumbra el final: la selección para la Quincena de Realizadores está aún por llegar...
¡Una selección glamurosa y rockera! Mientras tanto, París pierde parte de su atractivo. Como el festival sólo proyecta preestrenos de películas, es imposible que podamos preparar nuestras críticas con demasiada antelación. Lástima, podemos consolarnos consultando el programa delFestival de Cine de los Campos Elíseos en junio... y entonces será cuestión de diez días escasos.
Al final, mayo es como Cannes, una agradable mezcla de géneros. Si bien el mes comienza con películas de terror: The Cabin in the Woods (2 de mayo), The Bizarre Theatre (9 de mayo), también podemos esperar una gran superproducción a la semana, a veces nostálgica: American Pie 4 (2 de mayo), Men In Black III (23 de mayo), a veces fantástica: Dark Shadows (9 de mayo), Prometheus (30 de mayo) y a veces idílica: Cosmopolis (23 de mayo) y On the Road ( 23 de mayo). Así que Kristen y Rob estrenan su película el mismo día, ¿qué bonito es eso? No, no es bonito, ambos compiten en Cannes. Por el bien de su frágil relación, esperemos que no ganen: se dice que no se puede sobrevivir a un premio. Supongo que eso se aplica especialmente a los premios personales, pero de todos modos, no tentemos al diablo, al fin y al cabo, todavía tienen que hacerse los enamorados durante un tiempo.
Junto a estas grandes máquinas bélicas, y en un estilo mucho más ligero, Francia también da la talla: Chercher le garçon ( 9 de mayo) y Je fais feu de tout bois ( 30 de mayo) prometen grandes carcajadas que los redactores están deseando descubrir.
Este mes de mayo será todo protagonismo, y después de todo, cuando se trata de cine, es difícil superarlo. Así que, aunque haya mucho en juego en la Croisette, no olvide que en París también hay vida.
