La gente viene al Coloc de l'Ourcq a una clase de yoga, a compartir un trozo del espacio de coworking por un día, a asistir a una clase de masaje para bebés, a participar en una sesión amistosa de running... Pero, sobre todo, la gente viene aquí a compartir momentos como en un verdadero piso compartido, con gente del barrio, empresarios o deportistas aficionados que vienen a hacer su sesión de footing del día.