Disney continúa con la adaptación en imagen real de sus clásicos con Blancanieves, dirigida por Marc Webb, que ya destacó con (500) días juntos y The Amazing Spider-Man. Protagonizada por Rachel Zegler, revelada en West Side Story, y Gal Gadot en el papel de la Reina Malvada, la película se estrenó en los cines el 19 de marzo de 2025 y llegará al streaming en Francia a través de Disney+ el 19 de diciembre de 2025.
Esta nueva versión revisita el clásico de 1937 Blancanieves y los siete enanitos en forma de aventura musical. La joven princesa, cuya belleza y bondad despiertan los celos de su madrastra, debe huir del castillo para escapar de una amenaza creciente. Perdida en un bosque encantado, encuentra refugio junto a siete compañeros con personalidades muy diferentes, que se convierten en su nueva familia y sus aliados frente a la Reina.
Más allá de la huida y la supervivencia, la historia destaca el recorrido de una heroína que aprende a definirse por sí misma, entre la herencia real y el deseo de independencia. La película revisita escenas y motivos emblemáticos —el espejo mágico, la manzana envenenada, la cabaña de los enanos— al tiempo que incorpora nuevas canciones y situaciones, concebidas para articular un homenaje a la película de animación y un discurso más contemporáneo sobre el poder, el liderazgo y el lugar de las mujeres jóvenes en el cuento.
Escrito por Erin Cressida Wilson, el guion se inscribe en la serie de reinterpretaciones iniciada por Disney tras Cenicienta, La Bella y la Bestia o La Sirenita. La película reivindica una voluntad de modernización del personaje: esta Blancanieves, llamada a convertirse en líder, ya no se define por la espera del príncipe, sino por su capacidad para tomar decisiones por su reino. Varias decisiones argumentales —la caracterización de la heroína, la evolución de los enanos, la relación con la violencia— se inscriben en este reposicionamiento, al tiempo que suscitan debates y críticas entre una parte del público apegado a la versión de 1937.
La puesta en escena se basa en un importante trabajo de decorados y universo visual. Rodada principalmente en los estudios Pinewood y en la reserva forestal de Burnham Beeches, la película presenta un reino inspirado en la arquitectura germánica y alpina, con un castillo cuya dirección artística se inspira en referencias como el castillo de Albrechtsburg o Chillon. En el plano musical, Benj Pasek y Justin Paul, ya galardonados por La La Land, firman nuevas canciones originales, junto con versiones reinterpretadas de clásicos como «Heigh-Ho» o «Sifflez en travaillant ».
En cuanto a la interpretación, Gal Gadot encarna a una reina que asume plenamente su crueldad y su dimensión teatral, mientras que Rachel Zegler presta su voz y su presencia a una heroína situada entre el homenaje y la reescritura. Los enanos, aquí concebidos como criaturas digitales dobladas por actores, reflejan los recientes debates sobre la representación de las personas de baja estatura en la pantalla. El estreno de la película también ha ido acompañado de debates sobre el tono general, el equilibrio entre la fidelidad y la modernización, y la forma en que Disney está reposicionando sus primeros clásicos ante las nuevas generaciones.
Nuestra crítica de Blancanieves:
Espejo, espejo mágico de la pared... ¿Magia recuperada o fracaso? Nos inclinamos más por la segunda opción, Majestad... Por lo tanto, Blancanieves no es, lamentablemente, un éxito, y esto en varios aspectos. Para empezar, su narrativa es extremadamente inestable, ya que la película se asemeja más a una reescritura del cuento que a una adaptación. Cuanto más avanza la película, más da la impresión de que Disney ha tomado fragmentos de la película de animación (y del cuento) aquí y allá, y los ha encajado a la fuerza en lo que el estudio propone para convertirlo en algo moderno y actual, que responda a los retos de la sociedad... En principio, ¿por qué no? La película de animación de culto está un poco desfasada en cuanto a la imagen que transmite, pero hay un problema: pierde coherencia a lo largo de la película, ya que esta tiene dificultades para desmarcarse del homenaje que quiere rendir y, al mismo tiempo, ofrecer algo moderno. Y eso da lugar a escenas que a veces se suceden sin transición y sin explicar cómo se pasa de una situación a otra (la Reina decide ir en busca de Blancanieves y prepara su poción sin que sepamos por qué, mientras que la película de animación lo explica claramente...). Para quienes conocen la película de animación, no pasa nada, aunque sea extraño, pero para los más jóvenes que la descubren, no se entiende nada.
¿Un mensaje fuera de lugar?
Lo mismo ocurre con la adaptación del mensaje a los retos sociales actuales... La película parece reivindicarlo alto y claro (al menos en sus declaraciones previas al estreno), así que vayamos hasta el fondo del asunto. El problema es que el mensaje en cuestión (a saber: la bondad resuelve todos los problemas... Lo simplificamos, pero esa es la idea), aunque funciona perfectamente en un cuento, es extremadamente ingenuo, incluso contraproducente, en la vida real. Imaginemos resolver un conflicto armado con buenos sentimientos... Vale, exageramos un poco, es un cuento para niños y les anima a ser benevolentes unos con otros, pero la realidad de la vida, y sobre todo su violencia, a su edad, claramente no es un cuento de hadas.
Sigamos con la violencia de la vida... La película ni siquiera prepara a los espectadores para ello, ya que está edulcorada al extremo, evitando contrariar al mayor número de personas posible para complacer a todos. El corazón de cierva en el cofre de la reina se sustituye por una manzana, no hay príncipe azul, sino un bandido en su lugar, etc. Hacer evolucionar a los personajes para evitar los escollos del acoso o la estigmatización, por supuesto y con razón, pero no de cualquier manera, por desgracia. No mostrar el corazón en cuestión, por ejemplo (recordemos que en el cuento se trata del corazón y el hígado de un jabalí), es posible, la película de dibujos animados lo hace muy bien... Entonces, ¿por qué sustituirlo por una manzana y mostrarla? Un ejemplo entre muchos otros.
Además, la película está repleta de detalles completamente absurdos (alerta de spoiler: los siete enanitos tienen poderes mágicos, Simplet habla, no hay ataúd de cristal para Blancanieves, etc.) que no aportan absolutamente nada a la historia. Uno se pregunta por qué...
Un reparto interesante
En cuanto al reparto, es un poco mejor: Gal Gadot destaca en su papel de Reina Malvada, especialmente convincente en su actitud, e incluso salva la película. Es el único personaje que se acerca más al de la película de dibujos animados (aunque su interpretación tiene algunos defectos). Una buena interpretación ayudada por unos trajes especialmente suntuosos y muy parecidos a los de la película de animación.
En cuanto a Rachel Zegler, ella ES Blancanieves, y nadie podrá quitarle eso jamás. Pero su personaje, dividido entre un homenaje a la película de 1938 y una visión más moderna, está bastante mal escrito y nunca toma una decisión definitiva. La pobre actriz hace lo que puede con los pocos medios que le dan, pero aun así consigue imponerse y dejar huella, sobre todo en las partes cantadas. Una voz absolutamente divina para un personaje tan emblemático... ¡Qué más se puede pedir!
En cuanto a los siete enanitos, hubiéramos preferido actores reales en lugar de personajes generados por ordenador, pero entendemos esta elección, especialmente en la representación de sus rostros y expresiones. Simplet resulta especialmente conmovedor, y la película le da un nuevo prestigio al darle más profundidad... Pero acaba arruinándolo todo al hacerle hablar (Simplet no habla, es su condición, es lo que le da su nombre). Es una pena, pero es una elección asumida y la aceptamos. El resto del reparto, en cambio, es prescindible.
Una historia que lo mezcla todo y se tropieza con su propia alfombra
En cuanto a la historia, incluso eso es confuso. Blancanieves, que se supone que solo va a pasar una noche con los siete enanitos, se pasa el tiempo yendo y viniendo, a veces huyendo de la Reina, a veces ayudando a los bandidos... Parece una farsa. La escena de la gran limpieza en casa de los siete enanitos se hace con ellos, y no antes de que descubran que ella se ha instalado en su casa... Vale, entendemos el mensaje que hay detrás, pero hay una razón para que los acontecimientos se desarrollen así.
Lo mismo ocurre con la escena de la fiesta con yodel que tiene lugar después de su paso por casa de los bandidos, acogidos aquí por los enanos. Continuamos: después de morder la manzana, Blancanieves se despierta mucho antes de la muerte de la Reina para luego enfrentarlos... Y yendo en contra tanto de la película de dibujos animados como del cuento. Cambiar las cosas está bien, pero hay que mantener la coherencia con la historia que se cuenta. Y ahí es donde se complica. En resumen, todo se mezcla, y no para mejor.
Espejo, espejo mágico... ¡por suerte no todo es negro!
Hasta ahora, el panorama no es muy halagüeño... Pero no todo es malo. Los primeros quince minutos son especialmente buenos, llenos de guiños a la película de animación, y plantean mucho mejor el marco que la película de dibujos animados, ampliando el espectro de los orígenes de Blancanieves. Esto aporta un verdadero valor añadido, incluso un soplo de aire fresco con la primera canción, una novedad que debería funcionar bien entre los más jóvenes.
Algunas réplicas también están muy bien pensadas. Pensamos en particular en Grincheux, que en un momento dado, en inglés en el texto (traducimos, ya que no sabemos cómo queda en la versión francesa, ya que hemos visto la película en versión original subtitulada), le dice a uno de sus compinches «dime algo más sobre ese cepillo y te lo meto donde nunca brilla el sol », todo ello cantando, por supuesto. Delicioso...
Los efectos especiales, por su parte, están bastante logrados. Nos encanta la escena en la que Blancanieves huye al bosque tras ser atacada por el cazador. Estéticamente, es realmente muy bonita, ya que la escena juega bien con los colores y respeta el aspecto aterrador de la película de animación. Una estética pulida que se encuentra en general en toda la película.
Algunos cambios en la historia, aunque discutibles, son, pensándolo bien, buenas ideas. Pensamos, por ejemplo, en la muerte de la Reina, que aquí tiene más sentido. Una muerte muy simbólica, finamente pensada al final. En resumen, un punto a favor.
¿Las canciones, punto delicado de esta «adaptación»?
En cuanto a las canciones, hay de todo: por un lado, Disney pisotea su legado al eliminar la mayoría de las canciones originales, por no decir las más conocidas, y por otro lado propone nuevos temas pertinentes o enriquece los antiguos de forma inteligente. Así, la canción «Un día mi príncipe vendrá... » desaparece por completo (sin príncipe, no hay canción). Es una lástima, ya que se trata posiblemente de la canción más conocida de todo el repertorio de Disney (sin contar La Reina de las Nieves, ya que la película es mucho más reciente).
La Tyrolienne des Nains (ya saben, con el yodel) se despacha en 30 segundos silbando. En cambio, Heigh-Ho (la otra canción muy conocida de la película de animación) se renueva de forma brillante, permitiendo presentar a cada enano uno por uno. La escena en cuestión, por cierto, también es muy bonita, ya que la arquitectura de la mina combina una cueva encantada digna de un buen cuento de hadas y una arquitectura «enana» sacada directamente de El señor de los anillos, con pequeños toques. Una elección artística sorprendente y bienvenida.
Una película desordenada, en definitiva...
Pero todos estos puntos positivos no bastan para salvar una película que tiene demasiadas lagunas e imprecisiones. Es una pena, porque es dinámica y tiene buen ritmo. Una película que sin duda gustará a los fans incondicionales, pero que no convencerá a los cinéfilos que buscan coherencia en la narración y a otros ayatolás de la adaptación en sentido estricto.
Por otro lado, una invitación: si quieres ver una Blancanieves realmente moderna y respetuosa con el personaje original de Disney, ve a ver la serie Once Upon a Time...Una serie de ABC y Disney, disponible en Disney+, con Ginnifer Goodwin interpretando a Blancanieves/Mary Margaret Blanchard, que supera este reto con brillantez. Si no, nos conformaremos con la película de animación de culto, también disponible en Disney+. Y si quieres formarte tu propia opinión, las puertas de las salas de cine están abiertas para ti.
Blancanieves
Película | 2025
Estreno en cines: 19 de marzo de 2025
En Disney+ el 19 de diciembre de 2025
Aventura, Musical, Fantástico | Duración: 1 h 49 min
De Marc Webb | Con Rachel Zegler, Gal Gadot, Andrew Burnap
Título original: Disney’s Snow White
Nacionalidad: Estados Unidos
Para todos los públicos
Al abordar el primer clásico animado del estudio, Blancanieves versión 2025 se sitúa en la encrucijada de varias expectativas: fidelidad al material de 1937, exigencia de modernización y lógica del gran espectáculo musical. Entre reinterpretaciones asumidas, elecciones controvertidas y una propuesta estética trabajada, su llegada a Disney+ debería prolongar los debates sobre la forma en que Disney reinventa hoy sus propios cimientos.
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