La amistad tiene estilo, y Sofia Coppola lo demuestra con Marc by Sofia, su primer documental, que se presentará próximamente en la 82ª edición del Festival de Venecia. Un título minimalista para una película de 97 minutos cargada de emoción sobre su relación amorosa, platónica pero apasionada, con el icónico diseñador de moda Marc Jacobs.
A principios de los 90, Sofía aún no había rodado Virgin Suicides y Marc aún no había sido despedido por su colección grunge para Perry Ellis. Y sin embargo, entre bastidores, en un desfile de moda, se produce la magia. El encuentro fue instantáneo, los gustos compartidos (la misma música, los mismos artistas, el mismo humor inexpresivo), y muy rápidamente, el cineasta y el diseñador se hicieron inseparables. Glamour, por supuesto, pero con Stan Smiths desgastadas, y mucho segundo grado.
Marc by Sofia no es un docu de moda más, sino que promete ser una película delicada. En ella, el director desenreda el hilo de una relación tejida a lo largo de los años: musa de su primer perfume, fotografiada por Juergen Teller, directora de la campaña Daisy, presencia cómplice en la alfombra roja con un vestido Jacobs... Una relación de alta costura, hecha a medida y nunca exagerada.
Y como con Marc Jacobs la moda nunca se queda en el cajón, la película se aleja de las pasarelas y de los adornos previsibles. Incluye una actuación urbana con Kim Gordon, al margen de los desfiles oficiales, un guiño al espíritu libre del diseñador, siempre guiado por el instinto más que por las reglas.
Aquí no hay glamour, sólo una oda a la creación instintiva, una mirada matizada a la belleza imperfecta y esa famosa melancolía pop que es marca de la casa de Coppola. ¿Marc by Sofia? Una película que promete ser sensible, elegante e indefinible, como un look de Marc Jacobs que no viste venir, pero que no olvidarás.















