El mundo de la moda ha perdido a uno de sus gigantes. Giorgio Armani, fallecido el jueves 4 de septiembre a los 91 años, dejó su impronta en más de medio siglo de diseño con su estilo refinado, su elegancia atemporal y su singular visión de la silueta masculina y femenina. El diseñador ha fallecido dejando tras de sí un imperio valorado en varios miles de millones de euros y un nombre que se ha convertido en sinónimo del refinamiento italiano.
Giorgio Armani nació el 11 de julio de 1934 en Piacenza(Italia). En un principio se dedicó a la medicina, pero pronto se inclinó por el mundo de la moda. Tras un periodo con Nino Cerruti en los años sesenta, fundó su propia marca en 1975, junto a su socio Sergio Galeotti. Fue el comienzo de un ascenso meteórico que le convertiría en uno de los diseñadores más influyentes de su época.
El inconfundible estilo de Armani revolucionó los armarios masculinos a finales de la década de 1970 con su famoso traje desestructurado, sin forro ni charreteras rígidas. Su estética sobria, fluida y refinada se impuso rápidamente como la quintaesencia de la elegancia. En los años 80, también conquistó Hollywood, vistiendo a Richard Gere en American Gigolo y a actrices como Michelle Pfeiffer y Jodie Foster en la alfombra roja.
En la actualidad, el universo Armani abarca varias líneas: Giorgio Armani, Emporio Armani, Armani Exchange, así como perfumería, diseño de interiores (Armani/Casa),hoteles de lujo (Armani Hotels) e incluso restaurantes.
Uno de los principales rasgos distintivos de Armani es su capacidad para mantenerse independiente en un sector ampliamente dominado por grandes grupos del lujo como LVMH y Kering. Esta elección le ha permitido conservar un control total sobre su visión artística y comercial. Discreto pero exigente, Giorgio Armani nunca ha cedido a la moda efímera, prefiriendo la intemporalidad a las tendencias, conciliando rigor y sensualidad, clásico y moderno.
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