La insólita iglesia de Saint-Serge de Radonège, en Buttes-Chaumont: Un tesoro escondido de París

La iglesia de Saint-Serge de Radonège, situada en el barrio de Buttes-Chaumont, es una de esas sorpresas insólitas que nos reserva París. Se encuentra en el número 93 de la rue de Crimée, y para llegar a ella hay que recorrer un sendero florido antes de toparse con este edificio en forma de chalet enclavado en un entorno verde.

En su origen fue una parroquia protestante del siglo XIX, abandonada en 1918. Fue adquirida por la Iglesia Ortodoxa en la festividad de San Sergio. Una fachada de madera adornada con un colorido pórtico invita a entrar. El interior, decorado por el talentoso pintor ruso Dimitri Semionovitch Stelletsky, ofrece un impresionante despliegue de elementos neogóticos rusos.

También cuenta con

• Una biblioteca con más de 35.000 libros en varios idiomas, entre ellos ruso, francés y griego.
• Una librería religiosa.
• ElInstituto de Teología Ortodoxa Saint-Serge de París, el único que ofrece cursos de ortodoxia en francés.
  

Pero eso no es todo. Al entrar en la iglesia, sorprende la profusión de dorados, ornamentos y colores, desde los frescos del techo hasta los bancos esculpidos. Los minuciosos detalles, obra de Stelletsky, se funden con los elementos originales de la iglesia, creando una armonía improbable pero cautivadora.

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Stelletsky, descrito como el "Miguel Ángel ruso", fue capaz de transformar este espacio inicialmente despejado en una maravilla artística. Es un "engaño fantástico", porque la iglesia da la ilusión de ser de madera cuando en realidad es de ladrillo. El artista no dudó en incorporar los elementos originales al tiempo que añadía su propio toque magistral. La colaboración de Stelletsky con la princesa Lvova, renombrada iconógrafa, confiere a los iconos de la iglesia una delicadeza y belleza inigualables.

Merece la pena visitar este tesoro escondido. El domingo, día del Oficio, es el momento ideal para visitar la iglesia. Los demás días, sólo podrá entrar si encuentra a alguien dispuesto a dejarle pasar. Sin embargo, la serenidad que reina en este lugar le permitirá apreciar el entorno tranquilo y atemporal de la iglesia.

Y hablando de serenidad, debe saber que incluso sin entrar, el lugar y su jardín son un verdadero remanso de paz. Se ha creado una asociación para restaurar el descuidado jardín de la iglesia ortodoxa de Saint-Serge, abriendo sus puertas a todos, independientemente de su fe ortodoxa. Este pequeño oasis, en el distrito 19, es un lugar ideal para relajarse en uno de sus bancos. El jardín, mezcla de flores y plantas aromáticas, aprovecha las zonas de sombra y semisombra, sobre todo al pie de los árboles, en la maleza y al pie de los muros.

En definitiva, es un descubrimiento maravilloso. Una oportunidad para sumergirse en otra época y descubrir un lugar de culto con mil y una maravillas. Yademás, tras este enriquecedor descubrimiento, podrá ir a relajarse alParc des Buttes-Chaumont, a tiro de piedra.