En un tramo de 1,5 km a la altura del municipio de Angervilliers, enEssonne,la A10 se convierte en el campo de pruebas de esta tecnología inédita. El 22 de octubre de 2025, un camión eléctrico pudo recargarse por inducción mientras circulaba por la autopista, lo que supuso un paso decisivo para la descarbonización del transporte por carretera. Esta autopista eléctrica es el resultado de un proyecto denominado«Charge as you drive», liderado por un consorcio formado por VINCI Autoroutes, la start-up israelí Electreon, VINCI Construction, la Universidad Gustave Eiffel y Hutchinson, con el apoyo de Bpifrance.
El principio se basa en la instalación de bobinas emisoras bajo la calzada que generan un campo electromagnético. En concreto, se han instalado 900 bobinas de cobre en 1,5 kilómetros de calzada, enterradas a unos diez centímetros bajo el asfalto del carril derecho. Los vehículos equipados con bobinas receptoras captan este campo electromagnético y lo transforman en electricidad para alimentar simultáneamente el motor y recargar las baterías. Esta tecnología de recarga por inducción permite a los conductores ganar autonomía sin tener que parar nunca en una estación de recarga.
Cuatro prototipos circulan ahora por este tramo para probar la recarga dinámica: un camión, un autobús, un coche y una furgoneta. La alimentación proviene de una subestación eléctrica urbana situada a menos de un kilómetro, conectada por una línea de alta tensión instalada por Enedis.
Las pruebas realizadas en condiciones reales de tráfico están resultando muy alentadoras. La potencia transferida alcanza hasta 300 kW instantáneos y 200 kW de media, un rendimiento comparable al de las actuales estaciones de recarga rápida. Esto permite a un camión ganar un kilómetro de autonomía por kilómetro recorrido, y hasta tres kilómetros en el caso de un vehículo ligero.
Esta tecnología podría transformar radicalmente el sector del transporte por carretera. Al permitir una recarga continua, abriría el camino a baterías más pequeñas y ligeras, reduciendo así los costes de compra y la huella de carbono relacionada con su fabricación. Para los camiones pesados, el ahorro potencial representaría entre 10 y 17 baterías de coches eléctricos menos.
Si los resultados siguen siendo concluyentes, VINCI Autoroutes podría plantearse su implantación en otras autopistas. El transporte por carretera representa el 95 % de la movilidad en Francia y casi un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que lo convierte en un reto importante para la transición ecológica. Un estudio del Ministerio de Transportes incluso prevé su implantación en 9000 km de autopistas de aquí a 2035.
Sin embargo, el principal obstáculo sigue siendo el coste: entre 4 y 5 millones de euros por kilómetro equipado. Y, por ahora, solo los vehículos equipados con receptores compatibles pueden beneficiarse del sistema. No obstante, estos receptores pueden instalarse después de la compra del vehículo, en el marco de una modernización.
Francia no está sola en este campo de innovación. Se están llevando a cabo experimentos similares en Italia con el proyecto Arena del Futuro en colaboración con Stellantis, en Alemania, en Karlsruhe, para autobuses eléctricos, y en Suecia con el eRoadArlanda. En Ain, el proyecto eRoad Mont Blanc prueba otro enfoque con un carril conductor insertado en la calzada. En resumen, la autopista eléctrica ya no es ciencia ficción, sino que se está convirtiendo poco a poco en una realidad.
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