¿Sabías que? La estatua de Juana de Arco de París ha sido sustituida en secreto

Por My de Sortiraparis · Fotos de My de Sortiraparis · Publicado el 1 de marzo de 2024 a las 01:50
La estatua ecuestre de Juana de Arco, que se alza orgullosa en la plaza de las Pirámides, en el distrito 1, es uno de los monumentos más emblemáticos de París. Desde su creación en el siglo XIX, ha sido un hito político, aunque su historia sigue siendo poco conocida. ¿Sabía que la estatua que admiramos hoy no es la original, sino una réplica sustituida en secreto por el propio artista?

Una de las estatuas ecuestres más bellas de París es la de Juana de Arco, que recorre la rue de Rivoli, más concretamente la Place des Pyramides. Hay que decir que esta obra emblemática está impregnada de historia. El monumento, que representa a nuestra heroína nacional, es mucho más que una simple creación; encierra una curiosa historia que fue noticia en su momento.

Tras la guerra franco-prusiana de 1870, Francia, tratando de reconstruirse a sí misma y su imagen, decidió erigir una estatua en honor de Juana de Arco, símbolo de valor y unidad nacional. Emmanuel Frémiet, renombrado escultor de la época, fue elegido para esta importante tarea.

La estatua fue erigida el 20 de febrero de 1874 e inaugurada ese mismo año, descansando sobre un pedestal diseñado por el arquitecto Paul Abadie y rodeada por una reja protectora creada por Gabriel Davioud. La obra de bronce fue realizada por la fundición Thiébaut Frères. La acogida inicial de esta creación fue desigual, con críticas dirigidas a las imponentes -aunque realistas- dimensiones del caballo, que parecían eclipsar a la delicada figura femenina que lo montaba. A pesar de ello, en un artículo publicado en el periódico Le Temps el 16 de junio de 1889, cuando Frémiet inauguró una versión revisada de la estatua, el crítico de arte Paul Mantz elogió la originalidad y el valor de la primera versión en la plaza de las Pirámides, alabando el sorprendente contraste entre la juventud de Juana de Arco y su robusta montura. Afirmaba que, a pesar de las reservas iniciales, la estatua se había ganado finalmente la admiración de los entendidos, que no veían ninguna razón para cambiarla.

Montada en su brioso caballo, Juana de Arco, vestida de batalla, ondea orgullosa su bandera, como si proclamara "¡Todavía nada está perdido!". Es precisamente esta convicción la que quiere transmitir el fabricante de los Vosgos.

Le Saviez-Vous ? La Statue de Jeanne d'Arc à Paris a été remplacée en secretLe Saviez-Vous ? La Statue de Jeanne d'Arc à Paris a été remplacée en secretLe Saviez-Vous ? La Statue de Jeanne d'Arc à Paris a été remplacée en secretLe Saviez-Vous ? La Statue de Jeanne d'Arc à Paris a été remplacée en secret

Nada más erigirse, la estatua fue objeto de numerosas críticas. Juana fue criticada por ser demasiado delgada y el caballo por ser desproporcionado, aunque realista. Afectado por estas duras críticas, el orgulloso artista, que estaba realizando en secreto una réplica de su Juana a caballo para Nancy, creó una nueva versión. Esta versión se terminó en 1889 y se presentó en mármol en el Salón de los Campos Elíseos. El 28 de junio de 1890, con motivo del aniversario de la coronación de Carlos VII, la estatua de Nancy fue inaugurada a bombo y platillo.

Emmanuel Frémiet, a sus expensas, refundió su creación en una nueva Juana. Quedaba por sustituir la de la plaza de las Pirámides... La solución llegó inesperadamente, gracias a la Prefectura de Policía de París, que informó a Frémiet de los daños causados por las obras del metro. El escultor aprovechó la ocasión para cambiar la estatua en secreto. El 16 de mayo de 1899, con las primeras luces del alba, sustituyó discretamente la versión antigua por la nueva, que había dorado para realzar la pátina.

Coronada de laureles, símbolo de la victoria, sostiene orgullosa su estandarte, vestida con su armadura, la espada en su vaina evocando el peligro que amenaza a la nación, y calzada con espuelas, marca de su pertenencia a la caballería. Sobre su fiel corcel, que La Trémouille describe como negro, se dirige a Reims para la coronación de Carlos VII. El caballo está representado en pleno trote, con un movimiento sincronizado de los miembros. La postura erguida e inflexible, la mirada orgullosa y el rostro impasible de Juana la muestran en acción. Su misión quedó inconclusa hasta la coronación de Carlos VII, de acuerdo con el mandato de sus voces celestiales.

Este sorprendente relato de la estatua intercambiada en secreto enriquece nuestra comprensión de la historia parisina y nos invita a mirar con otros ojos los monumentos que jalonan nuestro entorno. Al pasear por las calles de París, se nos invita a redescubrir la ciudad, no sólo a través de sus paisajes y su arquitectura, sino también a través de las historias y los misterios que animan sus estatuas y plazas emblemáticas.

Más tarde se erigieron réplicas de la estatua, de distintos tamaños, en varias ciudades francesas, como Lille (1913, en bronce sin tratar), Saint-Étienne (1916, en bronce sin tratar) y Compiègne (1960, en bronce sin tratar). Juana de Arco también obtuvo reconocimiento internacional, con una estatua suya en Portland. Esta estatua, réplica exacta en bronce dorado inaugurada en 1925, fue realizada a partir de los moldes originales de la estatua de París y enviada a Estados Unidos como homenaje a los "doughboys", los soldados estadounidenses caídos en la Primera Guerra Mundial.

Fuentes: Wikipedia

Información práctica

Ubicación

undefined Place des Pyramides
75001 Paris 1

Tarifas
Gratuito

Edad recomendada
Para todos

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