En los últimos días, la estación de Marx Dormoy, en la línea 12, ha ido desvelando vestigios de una época pasada. Y no es la única estación de metro de París con secretos insólitos o sorprendentes. Por ejemplo, una estación subterránea de la línea 11 está más alta que una estación aérea de la línea 6.
Situada en la línea 11, se encuentra en lo alto de la colina de Belleville, lo que, a pesar de su increíble profundidad para llegar a las vías, la hace más alta que las estaciones aéreas. Tiene 128 metros de altura, con el nivel de las vías a 96 metros, tan alto que hasta 2009 se instalaron asientos entre las numerosas escaleras, para que los usuarios pudieran recuperar el aliento en caso necesario. Estos asientos todavía se pueden encontrar en las estaciones de Buttes Chaumont y Pré-Saint-Gervais de la línea 7 bis, también muy profundas. Estas estaciones tienen las escaleras mecánicas más largas de la red de la RATP.
Aunque la estación Télégraphe está a dos metros bajo tierra, le faltan unos metros para llegar a la estación que da acceso a la Butte Montmartre y a su famoso Sacré-Coeur. Para llegar a Abbesses, en la línea 12, hay que recorrer 36 metros bajo tierra, debido al desnivel existente en la superficie. Por ello, los ascensores de los andenes están abarrotados, para evitar tener que subir la escalera de caracol de 176 peldaños. Las estaciones de Lamarck-Caulaincourt y Cité no se quedan atrás, a 25 metros de profundidad.
Algunas estaciones no ven a muchos parisinos... y ése es el caso de Eglise d'Auteuil, en la línea 10, una de las menos utilizadas de la red. Sólo 25 personas la utilizan cada hora. Sin embargo, esto se explica por su condición de media estación, ya que está encerrada en el corazón de un bucle, donde los trenes de metro sólo pueden entrar por un lado. Como consecuencia, el número de pasajeros es fácilmente la mitad que en otras estaciones.















