Au Père Lapin, el restaurante de la cocina traviesa

Au Père Lapin, el restaurante más antiguo de Hauts-de-Seine, es un lugar impregnado de la historia de París y de Suresnes. Este establecimiento, que cumplió 160 años, debe su nombre a la construcción del fuerte del Monte Valérien, a pocos pasos de la colina, donde trabajaron muchos obreros de la tierra, apodados "los conejos". Como homenaje, la gibelotte de conejo apareció en el menú y ha permanecido ahí desde entonces.

Al llegar, encontrará la terraza a la derecha, con su barbacoa para todas las estaciones. Al entrar, hay una barra central, en una sala con una chimenea esquinera, ideal para los días fríos. A continuación, pasamos a una sala más amplia con ventanales, más luminosa y con vistas al jardín.

En este marco encantador, descubrirá la cocina gastronómica y de temporada del chef Guillaume Delage. Tras haber trabajado en algunos de los mejores restaurantes del mundo (Bras, Anton, Gagnaire y el Bistrot Jadis que él mismo creó y que vivió su apogeo), Delage propone una cocina creativa y gastronómica. Disfrutará de platos"canaille" revisitados con toques innovadores y contemporáneos, como las mollejas a la barbacoa para un delicado sabor ahumado, o los sesos de ternera escalfados revisitados con beurre blanc y berberechos y acompañados de patatas grenaille ahumadas en madera de haya.

También disfrutará de la cálida y amistosa acogida de los socios Johann Caillot (y su cariñoso perro) y el Chef Delage, siempre atentos a celebrar el sabor y las delicias gastronómicas. La terraza-jardín arbolada y llena de flores ofrece unas vistas impresionantes de París y la Torre Eiffel, lo que contribuye a crear un ambiente relajante y contemporáneo. Fácilmente accesible desde la estación de Suresnes Mont Valérien, este lugar es el sitio ideal para quienes buscan una bonita terraza con mucho espacio, sin tener necesariamente que ir muy lejos y salir de París.

La carta ofrece una amplia selección de platos deliciosos, como la terrina casera de conejo, que recomendamos encarecidamente, el salmón ahumado casero, también con madera de haya, la mayonesa de huevo acompañada de una picanha de ternera a modo de pastrami, o la Fidéa Valenciana con sepia, berberechos, mejillones y conejo, que nos gustó mucho. Para los amantes de la carne, la enorme barbacoa instalada a la entrada de la terraza promete sabrosas parrilladas, como costilla de ternera a la brasa opaletilla de cordero confitada a la brasa. Este es el lugar al que hay que ir si eres de buen comer o si buscas platos contundentes de verdad. También nos gusta el magret de pato de la región del Lot, cocinado en el pecho y muy jugoso, acompañado de una buena polenta cremosa.

De postre, hay opciones como el muy generoso y cremoso Paris-Brest para 2 personas o la tarta batida con crema diplomática acompañada de hermosas fresas Gariguette (cuando es temporada). Los aficionados a las natillas muy cremosas estarán encantados con Au Père Lapin. Poco dulce, es una delicia para engullir. Y para acompañar estos deliciosos platos, también está disponible una ecléctica bodega de más de 200 etiquetas. Como una biblioteca, la bodega le da la bienvenida a su llegada. Déjese seducir por la selección de Guillaume Delage, que le recomendará las mejores añadas para acompañar sus platos.

En definitiva, Au Père Lapin es una visita obligada para los gourmets que buscan una experiencia culinaria refinada en un marco histórico y encantador a las afueras de París. En cuanto sale el sol, puede relajarse en la terraza. Por la noche, las guirnaldas de colores iluminan la terraza y contribuyen a crear un ambiente de guinguette a la antigua usanza.