El fotógrafo británico Martin Parr falleció el sábado en su domicilio de Bristol, en el oeste de Inglaterra. Miembro de la agencia Magnum Photos desde 1994, falleció a causa de un mieloma, un cáncer hematológico diagnosticado en mayo de 2021, aunque su fundación no ha precisado la causa exacta de su muerte. Su fallecimiento marca el final de una carrera de más de cincuenta años durante la cual revolucionó la fotografía documental infundiéndole humor, color y crítica social.
Nacido en Surrey el 23 de mayo de 1952, Martin Parr se inició en la fotografía gracias a su abuelo, un apasionado de este arte. Tras estudiar en la Universidad de Manchester, comenzó en los años 70 con el blanco y negro, siguiendo el ejemplo de los grandes maestros de la época, como Henri Cartier-Bresson. Pero muy pronto se distinguió al adoptar el color y un estilo único que se convertiría en su sello distintivo. «Una vez que probé el color, nunca volví atrás», contaba en 2022.
A mediados de los años 80 se dio a conocer con «The Last Resort», una serie de fotografías de turistas de clase media en Brighton, con fish and chips, bañistas con la piel enrojecida y ferias. Esta serie prefigura su obra futura, con su uso del flash incluso en exteriores, sus primeros planos y sus colores saturados inspirados en la publicidad. Cuerpos enrojecidos por el sol, fiestas en el jardín con sombreros, comida industrial: el fotógrafo transforma lo banal en materia de observación social.
«Amo y odio Inglaterra al mismo tiempo», declaró tras el Brexit en 2016. Esta ambivalencia impregna toda su obra. Con series como «Small World», «The Cost of Living» o «Common Sense», examina con una mirada a la vez tierna y cruel el turismo de masas, el consumismo, la sociedad británica y sus códigos. Sus imágenes de turistas intentando sostener la torre de Pisa o de japoneses apiñados en una playa artificial han dado la vuelta al mundo.
París acogió a menudo el trabajo del fotógrafo británico. Recordamos especialmente su exposición sobre Irlanda en el Centro Cultural Irlandés en 2022, su serie Foodographie en Beaugrenelle en 2018 o la exposición Fashion Faux Parr en la Île Saint-Louis en 2024. Más recientemente, Life's a beach en el Quai de la Photo en 2023 permitió a los parisinos descubrir su mordaz visión del turismo de masas.
Sin embargo, su trayectoria no ha sido lineal. Henri Cartier-Bresson se opuso inicialmente a su entrada en Magnum, antes de reconsiderar su decisión. «Pertenecemos a dos sistemas solares diferentes, ¿y por qué no?», acabaría escribiéndole a Parr. Este último dirigiría la prestigiosa agencia de2013 a 2017, contribuyendo a modernizarla. La Fundación Henri Cartier-Bresson había propuesto una exposición de reconciliación entre los dos artistas en 2022.
Preferente capturar la vida cotidiana en lugar de frecuentar las zonas de guerra, Martin Parr se impuso como un auténtico antropólogo de la sociedad contemporánea. Publicó obras emblemáticas y fundó la Martin Parr Foundation para apoyar la fotografía documental contemporánea. Gran coleccionista de objetos insólitos y libros de fotografía, posee un archivo de más de 50 000 imágenes.
A partir del 30 de enero de 2026 será el protagonista de una retrospectiva, «Global Warning», en el museo Jeu de Paume de París. Esta exposición, prevista hasta el 24 de mayo de 2026, reunirá unas 180 obras que abarcan más de cincuenta años de producción. Propondrá revisar su obra desde la perspectiva de los desequilibrios del planeta y las derivas de nuestros modos de vida: las turpitudes del turismo de masas, el dominio del automóvil, las dependencias tecnológicas, el frenesí consumista.
«Todos somos demasiado ricos y consumimos demasiadas cosas», observaba el fotógrafo a principios de noviembre en una entrevista, con motivo de la publicación de su autobiografía visual. Esta lucidez mordaz, mezclada con humor y crítica social, seguirá inspirando a las generaciones de fotógrafos venideras. Con Martin Parr se apaga una voz única, la de un artista que supo transformar nuestros hábitos más cotidianos en un espejo social.















