Pero, ¿qué está pasando en el Museo del Louvre? Tras un espectacular robo en octubre y el cierre de una galería por motivos de seguridad en noviembre, el Louvre se ve nuevamente sacudido por un incidente preocupante: una fuga de agua ocurrida el 26 de noviembre de 2025, que dañó entre 300 y 400 obras de la biblioteca del departamento de Antigüedades Egipcias. Este nuevo episodio vuelve a plantear la cuestión del estado de las infraestructuras del museo más grande del mundo.
Situada enel ala Mollien, la biblioteca afectada alberga valiosos recursos utilizados por los investigadores en egiptología. Según Francis Steinbock, administrador general adjunto del museo, los documentos afectados son principalmente«revistas de egiptología» y«documentación científica» que datan de finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, precisa:«Ninguna obra patrimonial se ha visto afectada por estos daños», y añade que«en este momento, no tenemos pérdidas irremediables y definitivas en estas colecciones», según informa la AFP.
El siniestro, descubierto alrededor de las 20:45 horas del 26 de noviembre, se debió ala apertura accidental de una válvula en la red hidráulica que alimenta la calefacción y la ventilación de la biblioteca. Este sistema, desconectado desde hacía varios meses porestar «totalmente obsoleto», debía ser sustituido a partir de septiembre de 2026 en el marco de unas obras que se prolongarían durante varios meses.«Vamos a reforzar las medidas de seguridad para evitar cualquier error humano», indicó Francis Steinbock, calificando el incidentede «extremadamente lamentable». Se está llevando a cabo una investigación interna para determinar las causas exactas.
Según La Tribune de l'Art, algunas«encuadernaciones antiguas» estarían«irremediablemente dañadas», contrariamente a la evaluación oficial del museo. Por su parte, la CFDT Culture denuncia «una situación que se ha ido deteriorando durante demasiado tiempo», señalando «la fragilidad de las infraestructuras, la falta de visibilidad estratégica de las obras» y las «condiciones de trabajo degradadas».
Los documentos dañados afectan principalmente a la comunidad científica. Utilizados regularmente por investigadores especializados, tienen un gran valor documental, pero no son únicos.«Se secarán, se enviarán al encuadernador para que los restaure y luego se volverán a colocar en las estanterías», precisó el administrador general adjunto.
Para el público, el impacto sigue siendo nulo: las obras afectadas no forman parte de las colecciones expuestas. El siniestro no modifica la experiencia de la visita ni el acceso a las obras. Sin embargo, la repetición de incidentes en el museo podría dañar su reputación a largo plazo.
El Museo del Louvre, que recibió 8,7 millones de visitantes en 2024 (de los cuales el 69 % eran extranjeros), atraviesa un período difícil. Tras el robo de varias piezas en la galería Apollon el 19 de octubre y el cierre temporal de la galería Campana por motivos de seguridad, esta nueva fuga pone de manifiesto la creciente fragilidad de la institución.
Para hacer frente a las necesarias obras de modernización, el consejo de administración del museo ha votado recientemente un aumento del 45 % en el precio de la entrada para los visitantes no europeos a partir de 2026. Esta decisión tiene por objeto financiar las futuras obras y reforzar la seguridad de las colecciones, los agentes y el público.























