Restaurante Monsieur en el Hotel Lancaster París: un Tour de Francia culinario cerca de los Campos Elíseos

Situado en un íntimo hotel centenario a dos pasos de los Campos Elíseos, el restaurante Monsieur celebra los productos locales de toda Francia, con un menú mensual que presenta especialidades de una región diferente.

Considerada la avenida más bella del mundo, los Campos Elíseos son también el escenario de la llegada del Tour de Francia. Sin embargo, en una de las calles adyacentes, elHôtel le Lancaster es el punto de partida de una epopeya gastronómica que, a su manera, también arroja luz sobre los tesoros de la región. Para descubrirlo, tendrá que ir a Monsieur, el restaurante de este hotel confidencial y centenario.

En el corazón de su elegante e íntimo restaurante, donde le espera un amable equipo, descubrirá cada mes un menú dedicado a una región diferente de Francia. Regreso a las raíces para unos, descubrimiento tentador para otros, el concepto nos invita a revisitar nuestros clásicos con platos gourmet, elaborados con productos clave de forma experta. El menú regional, que nos espera al mediodía, tiene un precio de 49 euros por entrante y plato principal o plato principal y postre. El menú completo cuesta 59 euros. En ambos casos, el agua y el café están incluidos.

Durante nuestra visita, la región de Rhône-Alpes fue el centro de atención. Con la ciudad de Lyon, considerada la capital de la gastronomía, como una de sus abanderadas, había mucho para tentar al paladar. Los entrantes del menú incluían quenelles de lucio que se deshacían en la boca, servidas en un plato de cobre y cubiertas con una fragante bisque de langosta, todo ello acompañado de champiñones. Bastante reconfortante, sin ser demasiado pesada, esta introducción nos abrió el apetito.

Para el plato principal, seguiremos con los sabores marinos, con un plato tan bien presentado como siempre, con un salvelino ártico bien cocinado, acompañado de endivias jóvenes estofadas con naranja sanguina, una combinación viva y bien equilibrada. Las proporciones están bien calculadas para que pueda llegar hasta el postre sin tener que esforzarse por terminar el plato. Y eso es bueno, porque para completar esta escala en la región de Rhône-Alpes, ¡los dulces merecen el tenedor!

La prueba está en la ÎleFlottante con pralinés rosas, muy bonita y sabrosa, no demasiado dulce con una crema pastelera ligeramente ácida en su corazón para equilibrarlo todo. Otra opción gourmet es el Mont-Blanc revisitado en forma de tartaleta con una suave crema de castañas y un toque de grosella negra.