¿Por qué la Rotonda del Parque Monceau solía ser en el pasado el edificio más odiado de París?

Por Graziella de Sortiraparis · Fotos de Graziella de Sortiraparis · Actualizado el 26 de diciembre de 2025 a las 23:55 · Publicado el 24 de diciembre de 2025 a las 00:30
Antes de convertirse en la entrada elegante a uno de los jardines más hermosos de la capital, la famosa Rotonda del Parque Monceau tenía un propósito menos glamoroso: ¡funcionaba como oficina de aduanas! Sumérgete en la historia de este monument singular, uno de los pocos que sobrevivieron de una época en la que acceder a París no era gratis.

Si pasas por la Plaza de la República-Dominicana, no podrás dejar de fijarte en el pabellón neoclásico rodeado de columnas. Hoy en día, sirve como un elegante escenario en la entrada del parque Monceau (y, por cierto, alberga las instalaciones de servicios públicos y oficinas del parque, en un aparente contraste con su pasado). Pero en el siglo XVIII, su función era mucho más imponente y temeraria.

El "Muro que cercó París"

Esta rotonda, originalmente conocida como Puerta de Chartres, fue uno de los puestos de peaje del famoso Muro de Les Fermiers Généraux. Construido justo antes de la Revolución (entre 1784 y 1790), su función no era defender la ciudad de invasores, sino obligar a los comerciantes a pagar un impuesto sobre todas las mercancías (vino, carne, madera) que entraban en la capital, en un intento de combatir el contrabando.

De esa época proviene la famosa frase: « El muro que rodea París, hace que la ciudad susurre ». Los habitantes de París odiaban este peaje real, que elevaba el costo de la vida.

Una muestra de cortesía para un Príncipe

El arquitecto de talento que diseñó este monument llamado propileos (y otras 53 estructuras similares alrededor de París) fue Claude-Nicolas Ledoux. Para la rotonda de Monceau, decidió hacer las cosas a lo grande. ¿Por qué? Porque estaba ubicada en tierras del Duque de Chartres (el futuro Philippe Égalité).

El Duque incluso consiguió un privilegio excepcional: mientras que en la planta baja y en el piso superior funcionaban como oficinas, la terraza superior le estaba reservada. De este modo, podía disfrutar de una vista panorámica de su jardín privado (el actual Parque Monceau) y al mismo tiempo vigilar quién entraba en la ciudad.

Los últimos sobrevivientes: ¿dónde ver a los demás?

De las 54 monumentales barreras diseñadas por Ledoux, solo cuatro lograron resistir a las furiosas destrucciones impulsadas por los urbanistas de Haussmann en 1860. Si la Rotonda de Monceau es de tu agrado, prepárate para buscar otros vestigios similares:

  • La Rotonda de la Villette (Stalingrado): La más imponente, que hoy alberga un restaurante y una galería de arte.
  • La Barrera del Infierno (Denfert-Rochereau): Los dos pabellones que enmarcan la entrada a las Catacumbas.
  • La Barrera del Trono (Nación): Los dos pabellones flanqueados por columnas monumentales coronadas por estatuas de reyes.

La próxima vez que atraviesen las columnas de Monceau, imaginen a los aduaneros registrando los carromatos de vino justo en el lugar donde hoy los niños disfrutan de su algodón de azúcar !

Información práctica

Ubicación

35 boulevard Courcelles
75008 Paris 8

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