Durante el día, el Limbar de la planta baja del Cheval Blanc Paris ofrece una oferta gastronómica en torno a la carta de repostería de Maxime Frédéric, pero en cuanto termina la hora del té, el ambiente cambia radicalmente y le invita a descubrir deliciosos cócteles creados por Florian Thireau, el jefe de barman que está presente casi todas las noches.
Lailuminación tenue y la música latina animan la velada y realzan los colores resplandecientes y la carpintería de limba, una especie exótica de madera originaria de África occidental y central.
Al presentar el concepto de este nuevo lugar para vivir, Florian empezó contándonos sus experiencias en distintos países y, en particular, elambiente anglosajón que quería dar a Limbar. Quiere traer a París"veladas de cóctel como en Londres".
Para Florian, el Limbar es un bar de frikis o un lugar para laexperimentación. Explica que quiere"presentar los cócteles del mañana" y compara su trabajo con el de un chef con estrella Michelin: para él, su papel es llevar al cliente a un"viaje de descubrimiento". El barman considera que su papel es el de un consejero, que ayuda a los clientes a elegir el descubrimiento que les proporcionará más placer.
Su cóctel estrella, por ejemplo, es lo que a él le gusta llamar la"conceptualización de un champán rosado", una espumosa mezcla de 13 ingredientes con una base de miel, azahar y vainilla. Fueron necesarias casi 70 horas de trabajo para dar con el resultado deseado: un cóctel original, fresco y ligero, diseñado para quitarle el misterio al champán. La versión alcohólica de este elixir, elaborado a base de ginebra fresca, , se sirve en una copa de Champagne.
El Chef explica con orgullo que, en Limbar, todos los cócteles alcohólicos se presentan también en una"versión espejo" sin alcohol, que garantiza el mismo sabor, pero en versión Virgin. Para él, la elaboración de estos cócteles sin alcohol es tan importante como la de sus gemelos espirituosos.
Para complementar sus bebidas, Limbar también ofrece una carta de tapas especialmente preparadas para acompañar y realzar los cócteles. Pero como a Florian le gusta recordarnos, al caer la noche, el Limbar es sobre todo"¡un espacio verdaderamente dedicado a los cócteles!".