Pitanga, restaurante brasileño con tapas tradicionales y cócteles festivos

Es un hecho: el otoño y sus días grises y lluviosos han llegado a las calles de la capital sin que hayamos tenido tiempo de verlos venir. Pero no hay que dejarse abatir por ello. Por eso, mientras algunos optan por mimarse con spas y masajes, otros optan por una solución gastronómica igual de edificante: probar un restaurante parisino que ponga el sol en el plato y nos anime.

Es el caso del restaurante Pitanga, a dos pasos de la Bolsa de Comercio, en el barrio de las Halles : un restaurante brasileño festivo con todo lo necesario para un merecido chute de dopamina. Al frente de los fogones se encuentra una figura bien conocida de la gastronomía parisina, el chef brasileño Alexandre Furtado, que ha trabajado en el restaurante Dorchester de Alain Ducasse en Londres, y es la segunda mitad de un dúo formado con Yoann Dinh, responsable del Bistro Paradis y del desaparecido Mina's de la rue de Paradis.

Auténtico restaurante de tapas brasileñas, con una decoración luminosa y frondosa y una pequeña terraza, Pitanga estaba destinado, cuando abrió sus puertas en 2020, a ser un restaurante franco-brasileño -algunos seguirían utilizando el ahora desacreditado término "cocina de fusión"-. Pero parece que los dos socios han optado por una cocina más directa, con una carta que ahora se centra por completo en sus orígenes sudamericanos y que cambia cada mes. Y menos mal.

Llamado así en homenaje a la pitanga, un árbol de bayas brasileño también conocido como cereza de Cayena, el restaurante de la calle Jean-Jacques Rousseau se inspira en las sacrosantas técnicas de la gastronomía brasileña para aderezar carnes, pescados y verduras, a su vez marinados, en conserva, asados o a la barbacoa.

Los cromesquis de ternera (9 €), pequeños pero abundantes, están cubiertos de una compota de cebolla caramelizada ligeramente ácida, y se crujen juguetonamente, directamente con los dedos. El cromesquis de gambas (10 €), por su parte, está deconstruido, con el arroz dentro de las rollizas croquetas y las gambas a un lado, para mojar en una salsa de perro -una salsa originaria de las Antillas y la Guayana Francesa, similar al clásico chimichurri-.

La crema de alcachofas de Jerusalén (9 €) también es una de las favoritas, con su dulzor y ligereza, coronada con un sifón de queso fresco, y con el maíz asado escondido en la crema para darle al plato una textura masticable. Rápido chef, ¡aquí tiene la receta para prepararlo en casa este invierno!

A continuación, las carnes finas, con la picanha de buey (29 €), cuidadosamente asada por fuera y endiabladamente fundente por dentro, acompañada de patatas fritas caseras y un condimento de tomate, cebolla, estragón, cilantro, aceite de oliva y guindilla dulce: pura tradición.

Por otro lado, el cerdo ibérico (22 €), una generosa pieza de cerdo de calidad, cuya carne, confitada con sumo cuidado, y grasa, chamuscada y crujiente como un gratton, se desliza por nuestros gaznates. Para añadir un toque de ligereza al plato, este hermoso animal se sirve con una ensalada de coliflor con vinagre de vino añejo, nueces de Brasil tostadas y finas hierbas.

Antes de deleitarse con un flan brasileño cuidadosamente preparado (9 €), puede brindar por los numerosos cócteles con sabor sudamericano de Pitanga: caipirinha de maracuyá o matcha (11 €), cócteles a base de cachaça (11 €), o mula moscovita, carioca y londinense (10 €).

Así que, ¡seguro que se le sube el ánimo!

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