Un pequeño restaurante que parece una bodega para comer y beber, centrado en compartir y en platos inspirados en el mundo. Eso es lo que puede esperar al cruzar las puertas de Lagano.
"Lagano ", que se instaló en la avenida de Breteuil, en el distrito 7, en julio de 2024, significa "ligeramente ", "fácilmente " o "tranquilamente " en serbocroata. Porque aquí, uno se toma su tiempo con un menú corto que incluye aperitivos para varias personas y platos más contundentes para compartir... ¡o no! Es un concepto que diferencia a Dimitri, de origen serbio, de establecimientos vecinos como Lily Wang y Bistrot de Breteuil.
Para este menú, que se imprime cada mañana y cambia regularmente, Dimitri recurrió a Julie. A esta chef de origen vietnamita le gusta revisitar los sabores del mundo, sobre todo asiáticos, y dar un giro a sus recetas.
Esa noche, optamos por tres platos de "tapas" , incluidas las imperdibles aceitunas Kalamata. Sencillas, pero eficaces. Luego vino el hummus de cacahuete, realzado por un excelente aceite de oliva. Terminamos con un maravilloso descubrimiento: el ajvar. Este condimento, muy popular en los Balcanes, se elabora principalmente con pimiento rojo, guindilla y ajo. ¡Un aperitivo para saborear sin moderación!
La degustación continúa con los platos que elegimos para compartir. Esa noche, había 7 platos en el menú, cada uno tan tentador como el siguiente. Pero optamos por los ñoquis de calabaza fundentes, acompañados de espaguetis de calabacín y parmesano. Al lado, nos enamoramos del huevo pasado por agua con setas, sublimado por una deliciosa emulsión de setas. Los platos se sirven en una bonita vajilla antigua.
Lagano dispone de una excelente carta de vinos para acompañar sus platos. Además de la treintena de botellas que se ofrecen en el comedor, el restaurante también sugiere una gama de copas de vino en la pizarra. Si le gusta el vino tinto, pruebe el best-seller del restaurante, Tvrdos, un vino bosnio producido por los monjes del monasterio, con notas equilibradas de frutas negras (10 €). Si prefiere los cócteles, el establecimiento elabora ocho bebidas, entre ellas el "Pain retrouvé " (Bourbon, caramelo, sirope casero para tostadas, cordial de vainilla y clara de huevo). Lagano también ofrece happy hour de 16.00 a 20.00 h.
Por último, para los golosos, el restaurante sabe cómo tentar a los más golosos. Prueba de ello es la suculenta mousse de chocolatecon flor de sal, pimiento de Espelette y aceite de oliva. También merece la pena probar la torrija con caramelo de mantequilla salada y palomitas de maíz. Los precios oscilan entre 3 y 14 euros para los aperitivos, entre 7 y 17 euros para los platos y 7 euros para el postre.
Y no olvide reservar. Según el día de la semana, este pequeño restaurante con una veintena de plazas puede agotarse rápidamente.
Esta prueba se realizó como parte de una invitación profesional. Si su experiencia es diferente a la nuestra, por favor, infórmenos.































