Meha hay que ganársela. Para llegar, hay que subir el bulevar Barbès, la calle Custine o la calle Ramey. Pero al llegar, la respiración entrecortada y las piernas cansadas se olvidan rápidamente: se trata de una pequeña joya de barrio que merece ser conocida más allá de las fronteras del distrito 18.
Con vistas a la Butte Montmartre, Meha invita a viajar a los cuatro puntos cardinales, lejos de la imagen de postal de Montmartre, con sus pintores callejeros y sus tiendas de recuerdos. Hay que decir que la dirección destila la personalidad de su chef, el debonair Issam Ayari.
Formado en la mejor gastronomía francesa en Le Meurice, el chef voló después a Japón, donde aprendió técnicas y sabores nipones. A su regreso a París, prosiguió su carrera en Les Près, Coretta y Lutetia, siempre con el deseo arraigado de abrir su propio restaurante.
Ahora lo ha conseguido con Meha, su culminación de la bistronomía francesa y la cocina japonesa, salpicada de influencias de Marruecos, país de origen del chef. Y nada mejor que utilizar lo mejor de la cocina marroquí para rememorar la infancia: las especias -comino, pimentón, cúrcuma y pimienta negra- que condimentan cada plato.
A la hora de comer, le sorprenderá (y encantará) descubrir que el menú es muy asequible: 17 euros por un entrante/principal o plato principal/postre, y 20 euros por una comida completa. Es difícil superarlo, sobre todo cuando la calidad y la atención al detalle son tan altas, ya sea por la meticulosa preparación de los platos, la elección de una vajilla desparejada que rompe con los códigos y la etiqueta, o un jugo de carne en su punto, o un maridaje en su punto.
La brevedad del menú permite que dos comensales puedan hacerlo entero, degustándolo todo sin excepción. Durante nuestra visita, probamos un crudo de lubina, puré de zanahoria y finas tiras de hinojo crudo; una burrata (muy) cremosa con finas láminas de tomate marmande y una delicada y refrescante agua de tomate; un bacalao nacarado, ñoquis fundentes y verduritas recién salteadas; o una pechuga de ternera cuidadosamente asada, patatas pommes grenaille, puré de boniato con vainilla -no demasiado dulce para todo eso- y un impresionante jugo de carne.
Es bonito, es bueno, es de temporada, es sencillamente un placer comerlo donde sea. Y lo mismo ocurre con los postres: un baba de ron generosamente empapado, trozos de mango fresco y chantilly aireado por un lado, y un demoníaco moelleux de chocolate con caramelo praliné por otro.
Este es sin duda el restaurante bistronómico del distrito 18 que hay que descubrir cuando hace buen tiempo. Además, la terraza espera con impaciencia a los valientes que se atreven a subir la colina.
Esta prueba se realizó como invitación profesional. Si su experiencia difiere de la nuestra, por favor, dígalo en los comentarios.
Ubicación
Meha
35 Rue Ramey
75018 Paris 18
Información sobre accesibilidad
Tarifas
Menu Entrée, plat ou plat, dessert: €17
Menu Entrée, plat, dessert: €20
Carte diner, à partir de: €23
Sitio web oficial
www.meha.paris
Reservas
www.meha.paris