La primavera parisina se presenta tan soleada como siempre con la apertura de un nuevo restaurante griego a dos pasos de Montorgueil: Ypseli. No es sólo un restaurante, es también un bar con una tienda de comestibles y una charcutería donde comprar bocadillos. Todo en el mismo sitio.
Basta con descorrer las gruesas cortinas para pasar del restaurante a la charcutería y viceversa. A diferencia de la gran mayoría de los restaurantes griegos de París, que apuestan por una decoración folclórica en azul y blanco, Ypseli opta por el diseño tosco de las gastrotavernas griegas, con sus techos de 5 metros de altura y su cúpula de pizarra con reloj Art Nouveau, todo ello en un edificio catalogado como Monumento Histórico.
El equipo explica: "Al igual que la bistronomía en Francia y las neotrattorias en Italia, Grecia también ha puesto al día sus tradiciones culinarias con el movimiento de las gastrotavernas, muy dinámico en Atenas en los últimos años. ¿La idea? Una nueva generación de chefs que trabajan mano a mano con los productores y viticultores locales, para renovar las inspiraciones del repertorio clásico con productos hermosos".
El equipo fundador está formado por Syméon Kamsizoglou, que ha trabajado en las cocinas de Frédéric Anton, Joël Robuchon y Jean-François Piège, el chef Fragiskos Dandoulakis y Delphine Pique.
Juntos han ideado una cocina griega a la vez familiar y contemporánea, con productos obtenidos directamente sin intermediarios y recetas cocinadas en la "más pura tradición griega", como reza la carta, "fruto del diálogo interminable entre dos amigos, Fragiskos Dandoulakis y Syméon Kamsizoglou".
Una odisea por la cocina griega espera a los gourmets in situ, para comer y cenar. Al mediodía, se puede pagar 24 euros por un mezze (a elegir entre la selección de la tienda de comestibles) y plato principal o plato principal y postre, 28 euros por el menú completo y 19 euros por el plato del día. Por la noche, el ambiente es de convivencia, con pequeños y grandes mezzés para compartir.
En la mesa de este buen restaurante: pimientos marinados durante 24 horas, anchoas de Volos y alcaparras de Syros (9 €), caviar de berenjena "melitzanosalata" a la brasa (9 €), buñuelos de calabacín "kolokythokeftedes" para mojar en tzatziki casero (12 €), como todo lo demás.
En cuanto al marisco, hay pulpo a la parrilla con carbón, aceite de oliva y orégano (19 €), caballa Savoro en salsa avinagrada de Corfú, ligeramente especiada pero suave (14 €), y calamares a la parrilla y garbanzos "revithada" de Sifnos cocidos a fuego lento durante 7 horas en el horno (26 €). Todo es fino, delicado, viajado y generoso.
Es una auténtica inmersión en la cultura helenística y hedonista, hasta en los altavoces (que reproducen música local), las copas de vino que viajan por todas las Cícladas y la elección del personal, tanto en el comedor como en la cocina, ¡la mayoría de origen griego!
Esta prueba se realizó como parte de una invitación profesional. Si su experiencia es diferente a la nuestra, por favor, infórmenos.































