He aquí un bistró bastante... original: el restaurante Hasard, un nuevo establecimiento donde se puede comer y beber de la mañana a la noche, pero también probar suerte en los juegos de azar. No es una dirección para todo el mundo, eso seguro, o al menos no con moderación.
Hasard pretende revivir la tradición de los bares de barrio, abiertos desde primera hora de la mañana para tomar un café y un cruasán en la barra, hasta la hora del almuerzo, donde se puede disfrutar de un aperitivo con los amigos mientras se degustanplatos tradicionales franceses y buenos vinos.
Es un restaurante cálido y animado, al estilo de los cafés locales de los pueblos de Francia, por lo que no es de extrañar que puedas probar suerte con las tarjetas rasca y gana que puedes pedir en la mesa o en el mostrador. Y la gente que viene aquí no se equivoca: una deliciosa mezcla de veteranos locales que juegan a las cartas y al 421, jóvenes trabajadores que parten el pan a la hora de comer y pandillas de amigos que salen a divertirse por la noche.
Para modernizar esta tradición tan francesa conservando el alma popular de un restaurante de barrio, el estudio Depict ha ideado una decoración con muebles de época y antiguos, como las famosas sillas de Formica. Todo huele a los años 70, desde el largo mostrador de zinc hasta las luces de neón que iluminan el nombre del restaurante, pasando por las pizarras que muestran los precios de los alcoholes un poco pasados de moda (Ricard, Suze, Kir royal...) a precios asequibles.
En la cocina, el chef italiano Matteo Renzi ofrece un menú tradicional al mediodía y una serie de platos para compartir con los comensales por la noche (croquetas de cabeza de ternera, sardinas y patatas confitadas, ostras), todo ello siguiendo un enfoque estacional y ecológico. Para comer, probamos las ancas de rana con trigo sarraceno asado (10 €) y la deliciosa porción de terrina casera (ese mediodía, cerdo, ave y encurtidos; 7 €).
El placer demasiado raro de encontrar una sabrosa versión vegetariana de la col rellena (14 €) en el menú a la carta, y el placer más común pero no disimulado de morder un croque-monsieur particularmente gratinado (15 €).
Una vez engullida la isla flotante (6 €), uno se va con la sensación de haber retrocedido 40 años en el tiempo.
El juego conlleva riesgos: deudas, adicción, etc. Llame al 09 74 75 13 13 (Joueurs Info Service, sin recargo)
Ubicación
Al azar
7 Rue de l'Isly
75008 Paris 8
Sitio web oficial
www.instagram.com